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Le ha sido perdonado mucho porque ha amado mucho.

Sé generoso con el Corazón de Jesús porque Él espera tu amor, todo tu amor.

Tenemos la vocación de llorar los pecados de la humanidad con Cristo al pie de la Cruz, con nuestra Madre, María.

No se trata de hacer cosas, sino lo que Dios quiere en cada momento. La santidad consiste en hacer lo que toca. Ni más, ni menos.

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Quiero recorrer contigo cada paso, Madre, del camino de la Cruz.

Encontrarse con la cruz es la seguridad de tener a Cristo. Pídele que te enseñe a amarla y abrazarla como Él hace.

Nuestra vida puede cambiar según como sea nuestra mirada si sabemos ver a Dios detrás de lo que nos pasa. ¿Qué gafas te vas a poner hoy?

De toda palabra vana vamos a ser juzgados.