10 minutos con Jesús: Trillizas idénticas
- Sección: Meditaciones-homilías
- Categoría: 10 minutos con Jesús
«Me ha llenado de paz, el saber que Él siempre nos va a acompañar...»
«Me ha llenado de paz, el saber que Él siempre nos va a acompañar...»
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena».
«Aquí se avanza más quitando que poniendo...»
«En nuestro corazón necesitamos hacer espacio para Dios...»
«Su verdadero deseo era ser solamente de Cristo.»
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar».
«¿Soy capaz de reconocer al Dios que está interviniendo en mi vida?»
«¡Aquí el Verbo se hizo carne!»
«En verdad, en verdad os digo: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica».
«Si no soy capaz de reconocer quién soy, nunca captaré cuál es mi misión…»
«¡Ven, señor Jesús!»
«El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último día».
El buen pastor no tiene horarios, solo el celo y la pasión para que no se le pierda ninguna oveja…
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«Confundimos nuestro enfado, nuestra rabieta, con una supuesta decepción de Dios…»
«Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y ésta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída del alma.»
«Que no se pierda ninguno de los que me has dado... »
«Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano».
«Haz Señor que te ofrezcamos siempre este sacrificio, como expresión de nuestra propia entrega…»
«¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!»
«No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos...»
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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